La situación de pandemia actual que estamos viviendo ha hecho que el sistema educativo dé un gran salto hacia la innovación en la educación mediante el uso de las tecnologías.
Las clases presenciales tienen una infinidad de cosas positivas,el hecho de que los alumnos y el profesor se encuentren en la misma dimensión espacio-tiempo incrementa las relaciones interpersonales en las aulas. La universidad te da la oportunidad de hacer amigos, de crear un clima en el aula basado en la confianza. Una clase presencial siempre va a ser una clase más cercana, más cálida, donde el profesor puede hacer uso de distintos tonos de voz según lo que quiera transmitir, y ya no hablemos de lo increíble y funcional que es la comunicación no verbal: Las expresiones faciales, los gestos, el contacto visual, son mensajes que ayudan a transmitir una infinidad de conceptos.
Pero no todo el mundo puede permitirse ir a clase,¿Qué ocurre con aquel estudiante que no disponga de tanto tiempo? ¿Y si una persona trabaja en el horario de clase? ¿Y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera por la disminución de desplazamiento?
A pesar de que las clases online tengan muchas limitaciones como puede ser la conexión a internet o disponer de un dispositivo electrónico, también tiene muchos aspectos positivos como es la flexibilidad de horario, los alumnos adquieren más autonomía, se fomenta la creatividad gracias a la posibilidad de disponer de multiformatos para realizar tareas, etc.
Siempre se ha dicho que los extremos son malos, entonces ¿Por que siempre nos hemos quedado en el extremo de la presencialidad? ¿No sería mejor la semipresencialidad? Un método educativo para los adolescentes donde podrían adquirir lo mejor de cada tipo.
¿Has oído hablar de las clases invertidas? Se trata de un modelo pedagógico basado en la inversión de la estructura tradicional de las clases presenciales utilizando las TICs. Antes de la clase, los alumnos tendrán que visualizar el material digital seleccionado por el docente donde se exponen contenidos del curso. Luego en la clase presencial se desarrollarán distintas actividades para verificar la comprensión de los temas, y de este modo en caso de duda podrá ser resuelta por el profesor, así se fomentaría la cooperación en las aulas .Este modelo sería posible mediante un sistema educativo de semipresencialidad. Está claro que para llevarlo a cabo es necesario que todo el mundo disponga de internet y dispositivos electrónicos, sinceramente, en pleno siglo XXI el internet debería considerarse un derecho. De esta forma se facilitaría la comunicación de conocimientos creando una sociedad culta.
Todo niño tiene derecho a una educación de calidad. No puede ser que sea la economía o su familia los que les impidan trabajar.
Comments